Constantemente nos hacemos o hacemos promesas que en muchos casos no cumplimos. En el caso de las personas que tienen la ira como fiel compañera generalmente no son capaces de cumplir la promesa de estar un día entero sin que aparezca. Si embargo ya desde aquí promulgo que pueden lograrlo y para ello voy a darles 6 puntos que deberían tener en cuenta.
1. Hacer a los demás conocedores de la promesa que acaba de hacerse.
Muchas veces cuando no se tiene la más mínima intención de cumplir aquella promesa que se hizo, se suele optar por no contar al resto la resolución que se ha tomado, ya que en el caso de que la ira haga acto de presencia no se siente vergüenza por no haber cumplido ya que los demás desconocen nuestras intenciones.
Esta no es una buena manera de empezar. La falta de confianza y seguridad en uno mismo arruina cualquier intento de hacer algo ya incluso antes de empezar.
Tome en cuenta que el evitar dar rienda suelta a nuestra ira es un buen objetivo, pero si fallamos en un momento concreto no supone el fin del mundo. Eso nos ayudará a ver dónde hemos fallado y a volver a plantearlo de un modo diferente.
Es bueno contárselo a los amigos, compañeros de trabajo, etc. y sobre todo a aquellas personas con las que más pierde los nervios.
2. Pedir ayuda siempre es bueno.
Puede que en ciertos momentos necesite el apoyo o tenga la necesidad de hablar con alguien. Por lo tanto antes de iniciar este nueva aventura busque el apoyo de alguna persona de su entorno que esté dispuesta a apoyarle.
Tiene que tratarse de alguien que sepa mantener la calma cuando los demás la pierden, alguien tranquilo y que esté dispuesto a darle su apoyo.
3. Olvídese de: “Si pero…”.
Las trampas aquí no sirven. No sirve poner excusas que pretendan hacernos creer que elementos externos pueden hacernos perder el control sobre nosotros mismos. Solo nosotros mismos podemos cambiar y llegar a dominarnos, nadie va a poder hacerlo en nuestro lugar.
Poner excusas o echar la culpa a otros no sirve de nada.
4. Haga memoria y recuerde todo lo negativo de la ira.
Haga un poco de memoria y recuerde todos los aspectos negativos que le trae la ira: discusiones familiares y laborales, gastos médicos, pérdida de control, etc.
Al hacer memoria verá cómo por ese camino no obtendrá más que disgustos.
5. La planificación siempre es positiva.
Piense en las próximas 24 horas. ¿Prevé que algo de lo que viene pueda llegar a enfurecerle? Si es así no hay mejor defensa que una buena planificación. Quizá vaya de visita la tía de su mujer con la que no mantiene una relación muy buena. Opte por saludarla educadamente comparta con ellas unos minutos y alegue que tiene algún otro compromiso que no puede dejar. Imagine que su hijo ha invitado a cinco amigos a pasar el fin de semana con ustedes: deje claras desde el principio las normas que se deben cumplir, qué se puede y qué no se puede hacer, etc.
6. Las metas positivas siempre ayudan.
La meta no se reduce a interrumpir el temperamento colérico, sino también en iniciar una actuación más positiva. Por poner unos simples ejemplos: lograr que las personas cercanas deseen pasar más tiempo en su compañía, mayor tranquilidad mental, mejor salud, disminuir la cantidad de discusiones, tener dominio sobre nuestra propia vida, etc.
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